LAS COMPETENCIAS PROFESIONALES EN EL AULA. HORIZONTE DE FORMACIÓN PARA LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS.

La Agència per a la Qualitat del Sistema Universitari de Catalunya señala en su Guía para
evaluación de competencias en el área de la ingeniería y arquitectura (2009) algunos factores
que explican el interés por desarrollar las competencias en programas educativos. Entre ellos la
necesidad de mejorar la ocupabilidad de los graduados en la nueva sociedad del conocimiento y
un nuevo paradigma educativo, centrado en el aprendizaje de los estudiantes, que hace
hincapié en los resultados y objetivos de la enseñanza.
Esto nos lleva a enfocarnos sobre las competencias profesionales que se requiere incentivar
desde la currícula y el trabajo en taller en los alumnos devenidos en futuros profesionales.

Las competencias profesionales1
 implican el conjunto de conocimientos, habilidades y
actitudes que se tienen que integrar para poder desarrollar una tarea de manera eficaz. Una
capacidad de gestionar los conocimientos adquiridos desarrollados a partir de experiencias de
aprendizaje integrativas en las que los conocimientos y las habilidades interactúen con el fin de
dar una respuesta eficiente a la tarea q se ejecuta y acordes a las condiciones que la realidad
contemporánea impone. Las competencias se demuestran en la acción, suponen una habilidad
aprendida, y por lo tanto sólo son evaluables en la medida que impliquen actividades que
permitan la integración de dichas habilidades y conocimientos.
Definir las competencias implica a su vez comunicar a los estudiantes qué se pretende alcanzar
con el proceso de enseñanza-aprendizaje, y en qué medida sus esfuerzos están dirigidos a ello,
definiendo a su vez el contexto en el cual se aplicarán.

Las competencias suponen la generación de las condiciones óptimas para progresar como
“estudiantes reflexivos, rigurosos y transformadores de sí mismos y de la sociedad en la que les
ha tocado participar y ofrecer innovadoras respuestas a los problemas de la profesión, a la
necesaria transformación del conocimiento y a los modos de actuar en ella, conscientes del
papel indagador e impulsor de cambios positivos que han de caracterizar la universidad”
(Medina Rivilla y Domingüez Garrido, 2004).

Concebir una nueva educación orientada al desarrollo competencial de los estudiantes implica
modificar el pensamiento sobre formación, instrucción, docencia y transformar las actividades
en el aula. Hablar de competencias permite un acercamiento entre el mundo académico y el
profesional/laboral, lo cual conlleva un proceso formativo más eficiente. Implica capacitar a los
alumnos, individual y colaborativamente, en un proyecto abierto a la acción y sensible ante los
problemas que demandará la futura profesión. Crea el escenario de máximo acercamiento con
la profesión.

En la Guía para evaluación de competencias en el área de la ingeniería y arquitectura (AQU
2009 pág 50-52) se resumen las cinco competencias más valoradas para el ciclo educativo del
grado y para cada uno de los tres tipos de competencias: genéricas, específicas relacionadas
con la profesión y específicas relacionas con la investigación. Aquí destacaremos aquellas
referidas a las genéricas y las específicas relacionadas con la profesión.


1
 Extraído de Guía para evaluación de competencias en el área de la ingeniería y arquitectura. Agència per a la
Qualitat del Sistema Universitari de Catalunya. 2009. Las cinco competencias genéricas más valoradas (Ob. Cit)

 Habilidades avanzadas en informática incluyendo la habilidad de usar Internet
críticamente, como medio de comunicación y fuente de información.
 Capacidad de aprender.
 Capacidad de aplicar un espíritu de síntesis de ideas y formas.
 Habilidades personales y sociales en la expresión y comunicación oral, escrita y gráfica.
 Capacidad de aplicar los conocimientos en la práctica.

Las cinco competencias específicas más valoradas para el ejercicio profesional de arquitecto
(Ob. Cit)

 Comprensión de la relación entre la gente y los edificios y entre los edificios y su
entorno, y de la necesidad de relación de los edificios y los espacios entre sí según las
necesidades y la escala humanas.
 Conocimiento de las obras contemporáneas e históricas que han alcanzado los niveles
más altos en la arquitectura.
 Conocimiento adecuado de la historia y las teorías de la arquitectura y artes
relacionadas, tecnologías y ciencias humanas.
 Comprensión de los problemas de diseño estructural, construcción e ingeniería
asociados con el diseño de edificios.
 Capacidad de crear diseños arquitectónicos que satisfagan requisitos tanto estéticos
como técnicos.

La carrera de arquitectura tiene una característica peculiar, y es que al ser una disciplina con un
alto porcentaje de contenido práctico, pueden evaluarse ciertas competencias desde los propios
trabajos prácticos y evaluaciones impartidas por las distintas materias reunidas en la curricula.
Es en el espacio de aula, en la cotidianeidad del taller, a medida que el alumno va avanzando
año a año, donde puede ir experimentando y vivienciando las cualidades de su futura profesión:
el trabajo en equipo con pares y docentes, la producción colectiva e individual, la resolución de
problemáticas especificas con interacción de diversos actores, la conjunción de diversas áreas
temáticas en un único proyecto integrador, el manejo de los tiempos de producción y de
entrega, el manejo de herramientas aptas para poder traducir el lenguaje arquitectónico, entre
otras. Un taller de arquitectura posee una alta y fehaciente proximidad con la realidad, un
desarrollo de habilidades académicas y operativas que preparan al estudiante para lo que
vendrá. Hablar de competencias posibilita el acercamiento del mundo académico con el mundo
laboral.


Para el presente trabajo se identificarán, en los casos de estudio, las siguientes competencias
profesionales formativas, y habilidades fomentadas en los estudiantes, a verificar en las
distintas actividades, trabajos prácticos, curricula de la carrera y dinámicas en el taller
desarrolladas por los docentes:

 Aprender a aprender (capacidad de aplicar los conocimientos en la práctica.)
 Compromiso de trabajo en el aula (para que realmente el taller pueda funcionar como
unidad de conocimiento y formación).
 Capacidad creativa y resolutiva de problemáticas.  Capacidad crítica y autocrítica
 Toma de decisiones (autogestión, aprendizaje autónomo).
 Trabajo en equipo.
 Dominio de tecnologías, para traducción del lenguaje arquitectónico.
 Capacidad de aplicar un espíritu de síntesis de ideas y formas. Proyecto integrador.
 Habilidades personales y sociales en la expresión y comunicación oral, escrita y gráfica.
 Diseño de escenarios de practicas